Creo que es muy importante que las personas se den cuenta de que las imágenes no son una representación de la realidad. Cuanto antes este mito sea destruido y enterrado, mejor para la sociedad a su alrededor.
Todavía no “hacemos” fotografía, como si hiciéramos una pintura o una olla de cerámica, en el que el contenido es una total invención. La toma en este caso se asemeja más a la forma en que componemos las imágenes en nuestro cerebro, al igual que las reconstrucciones de la memoria. Creamos capas de diversos orígenes y las colocamos en el contexto de qué y cómo percibimos la realidad pero, en esencia, todas ellas son fotográficas en su origen. La imagen es una representación de lo que sería una historia, como dicha por ancestros que recrean mitos de hechos que habrían tenido lugar en algún momento en el tiempo.
Pedro Meyer
